La zona
En el centro del pueblo, junto a la Iglesia de la Asunción, está la ermita de San Pedro del Barco (1088-1155), edificada en el siglo XVIII sobre los restos de lo que fue su casa natal.
San Pedro del Barco fue Canónigo de la Catedral de Segovia y, según cuenta la tradición, regresó a El Barco seis años antes de morir, pidiéndole a Dios que le anunciara cuando iba a llegar a su hora, el Señor le indicó que eso ocurriría cuando el agua se convirtiese en vino. En octubre de 1155, fue a beber agua y comprobó que sabía a vino.
Sus paisanos, al no ponerse de acuerdo sobre dónde debían enterrarle, decidieron montarle a lomos de una mula a la que vendaron los ojos; donde la mula parase ese sería el lugar elegido. La mula no paró hasta llegar a Ávila, junto a la iglesia de San Vicente, donde desde entonces permanece enterrado.